12 de Octubre: nada que celebrar

12 de Octubre: nada que celebrar.

Cada 12 de Octubre se repite en España la exaltación de valores que sirven para sostener el ya no tan nuevo nacionalismo español. Las naciones necesitan encontrar sucesos históricos, mitos o leyendas que avalen su supuesta gran historia. En el caso de España nos encontramos en el 12 de Octubre con varios nexos de unión de dicho argumento nacionalista: la conquista de América, la Reconquista y el gran valor nacional, Isabel la Católica, adalid del supuesto gran pasado español. 

Los mitos y argumentos históricos, aunque sean retocados para poder justificar el argumento, son necesarios para crear esa imagen de gran nación con muchos años de historia en el mundo. Los españoles se apropiaron, ya hace mucho, del reino Visigodo como inicio de su andar en la historia. Incluso las grandes resistencias de los pueblos hispanos frente a Roma valen para justificar una identidad nacional.

En el caso del 12 de Octubre nos encontramos con un argumento muy utilizado para justificar esa gran imagen de Imperio, pero no es más que una realidad inventada y maquillada al gusto del consumidor nacional. La gran "Conquista" no lo fue tanto. América ya existía, ya fue "descubierta" si queremos llamarlo así por los pueblos escandinavos, pero el interés y el mito debía ser español y de nadie más.

Los Conquistadores

Mercenarios con sed de riquezas. No es la definición que la historia nos cuenta sobre ellos, los grandes Hernán Cortés, Pizarro y otros muchos, grandes libertadores de pueblos que querían unirse al gran Imperio y ser uno más dentro de la cristiandad. Realmente en los años posteriores al "descubrimiento" de las indias por parte de Colón, los más interesados en estos territorios fueron los hombres de armas que se quedaron sin nada que hacer después de la conquista de Granada. Mercenarios y tendenciosos hombres sin escrúpulos que imaginaban ese nuevo mundo como lugar donde hacerse un gran tesoro. Fueron estas expediciones las que entablaron el primer contacto con los pueblos americanos. Las primeras incursiones en tierras indígenas eran simplemente en busca de oro y riquezas materiales, para nada servían como embajadas diplomáticas, tampoco como fases de una evangelización del territorio. La búsqueda de oro justificaba cualquier acto, el asesinato era uno de los mas habituales en ese momento.  

La América española

Fue Bartolomé de las Casas uno de los primeros en dar la voz de alarma sobre el maltrato al que eran sometidos los indígenas en las nuevas tierras americanas. Los indígenas eran utilizados como mano de obra para el sistema productivo de las colonias. Esos duros trabajos forzados al que eran sometidos, el trato desigual y las nuevas tierras conquistadas fueron la razón de los grandes colapsos demográficos. Una tabla nos muestra las cifras que Bartolomé fijaba como posibles. (Wikipedia)

• En La Española 1.100.000 a 3.000.000 de muertos.
• En Cuba, Jamaica, Puerto Rico y las Antillas Menores 3.000.000
• En Castilla de Oro 1.000.000
• En Nicaragua 500.000 a 600.000
• En México central 4.000.000
• En Naco y Honduras 2.000.000
• En Pánuco, Michoacán y Jalisco 15.000 a 20.000
• En Soconusco 200.000
• En el Golfo de Paria y la Costa de las Perlas 1.000.000
• En Venezuela 4.000.000
• En Perú 4.000.000
• Cifra desconocida en Yucatán, Cartagena de Indias, río Yuyaparí, Florida, Río de la Plata, Nueva Granada y Santa María.

Si bien es cierto que las enfermedades que los europeos trasladaron al Nuevo Mundo fueron parte de la causa, aunque no exime de la culpa a los mercenarios españoles que tomaron el genocidio como un modo habitual de operar en tierras americanas. 

Los españoles no pararon un genocidio.

Los medios de comunicación españoles, así como muchos escritores nacionalistas, avalan la imagen de que fueron los españoles quienes detuvieron un genocidio perpetrado por los Mayas con sus pueblos vecinos. El film Apocalypto sirve para justificar esa idea de la atrocidad de ciertos pueblos de América Central, pero es una idea muy alejada de la realidad. Las culturas de los pueblos indígenas podrían parecer violentas para nosotros, pero igual o menos violentas de lo que les esperaba los siguientes años bajo el poder europeo.

Los españoles, como otros muchos nacionalismos, tergiversaron la historia para apoyar su idea nacional, sus intereses y su lavado de cara ante la historia. 

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