Batalla de Isandlwana 1879
La batalla de Isandlwana
Una de las más grandes batallas de la historia libradas en África, se dio lugar en las llanuras de Isandlwana en Enero de 1879. En el contexto de la guerra anglo-zulú, esta fue el primer gran encuentro entre las dos fuerzas en conflicto y marco para siempre al ejercito ingles. Las fuerzas europeas estaban demasiado convencidas de su superioridad armamentística frente a las tropas Zulúes, que solamente contaban con azagayas, que eran lanzas con punta de hierro.
El imperio de la reina Victoria había sido construido por medio de la violencia más extrema contra naciones libres y soberanas. Incluso a finales del siglo XIX este modo de actuar continuaba presente en la política exterior británica. En 1874 Sir Bartle Frere fue designado alto comisionado en Sudáfrica y tenía la misión de unir en una confederación a todas las repúblicas y reinos independientes de la región, tanto las repúblicas Bóers como las Zulúes. A finales del siglo XIX en África, no solamente contaban las tensiones con los nativos, contaban también las rivalidades internacionales entre potencias. Los estados libres del Transvaal contribuían a la tensión con los británicos por su expansión en la región, pero también Portugal reclamaba parte del territorio Zulú de Zululand. Estas rivalidades con otras potencias europeas condicionaban el gran sueño británico en el continente africano, sueño que culminaba con una gran conexión ferroviaria entre Ciudad del Cabo y El Cairo, naturalmente por territorio propio.
Frere sabía que la superioridad de sus fuerzas contra el ejercito nativo Zulú era enorme, había quedado claro en los anteriores encuentros entre los Zulúes y los Boers, que en varias ocasiones se enfrentaron con un resultado apabullante para los europeos. El fuego de los rifles era tremendamente superior a las envestidas nativas, y si este fuego era concentrado, resultaba devastador.
El Ministerio de Asuntos coloniales mantenía una guerra en Afganistán y temía otra en Rusia, algo que llevo a descartar una acción militar contra los Zulúes. Pero Frere contaba con la baza de la lentitud de las comunicaciones entre la urbe y las colonias, algo que aprovecho para tomarse ciertas libertades para una supuesta defensa de territorios británicos.
En Julio de 1878 se creo una comisión para arbitrar entre los Boers del Transvaal y los Zulúes de Zululand, ambas partes reclamaban territorios en las fronteras con Natal. Finalmente la comisión se decanto por los Zulúes, pero Frere puso todas las trabas posibles para crear más tensión con los Zulúes. La clausula que termino por ser la decisiva, fue la de exigir la disolución del ejercito Zulú, algo que resultaba inadmisible para una nación guerrera. Solamente pasaron 30 días después del ultimátum británico al rey Zulú Cetshwayo, hasta que las tropas británicas cruzaron la frontera en el río Tugela. Ni el ultimo comunicado del rey Cetshwayo instando a la paz, resulto disuasivo para evitar la guerra.
La guerra
Bajo el mano único de Lord Chelmsford, las fuerzas británicas fueron divididas en 5 columnas. Dos de ellas permanecieron en la retaguardia, una importante era la que estaba bajo el mando del Teniente Coronel Durnford, que tenía la misión de proteger la frontera con Natal en el río Tugela. Las tres columnas de frente se dividían para cercar la capital Zulú desde tres puntos diferentes. La numero 1 capitaneada por Pearson que atacaría desde el Sur por la costa. La segunda llevada por el coronal Wood, que atacaría desde el Oeste. La ultima columna en el frente era la que comandaba el mismo Lord Chelmsford, que atacaría por Rorke´s Drift. La llegada de dos batallones de refresco, procedentes de Inglaterra, hizo que Chelmsford ordenara a Dunford abandonar su retaguardia y unirse al frente, algo que sería desastroso en el futuro.
Las fuerzas británicas estaban formadas por unos 5.000 soldados de infantería, 1.400 regulares e irregulares de caballería y 9.000 soldados indígenas, que eran Zulúes desafectos armado con lanzas y escudos. Las fuerzas británicas estaban apoyadas por 16 piezas de artillería, por una batería lanza cohetes Hall y un cañón Gatling. Los soldados regulares de infantería se podían considerar como los mejores de la época, eran totalmente voluntarios y estaban muy motivados. El arma que portaba la infantería era el moderno fusil Martini-Henry, capaz de efectuar 12 disparos por minuto a unos 370 metros.
La táctica Zulú para enfrentarse a los británicos consistía en su ya probada táctica de los cuernos de búfalo. Las fuerzas se dividían en dos cuernos, la cabeza y el cuerpo de un búfalo imaginario. Los dos cuernos estaban formados por jóvenes y ágiles guerreros, que buscaban acercarse al enemigo para después rodearlo y cercarlo. La cabeza hacia como de ariete, mientras que el lomo, estaba formado por los guerreros más viejos y experimentados, que esperaban para ayudar en según que posiciones. Los Zulúes sabían que debían evitar el combate contra hombres atrincherados, algo para lo que sus fuerzas resultaban ineficaces totalmente. Su fuerte era la lucha cuerpo a cuerpo, donde eran realmente superiores.
El 22 de Enero de 1878 los británicos continuaron dividiendo sus fuerzas en busca del grueso del ejercito Zulú. El general Chelmsford se dirigió al norte tras encontrar cierta actividad militar, dejando en su retaguardia el campamento de Isandlwana comandado por el inexperto Henry Pulleine, que en sus más de 20 años de servicio nunca había estado en combate. Chelmsford mando a Durnford unirse al campamento para apoyar la posición, pero cuando este llego, no se hizo ningún preparativo para la defensa de la posición, algo que resulto fatal.
Cuando Chelmsford pensaba que tenía el grueso del ejercito enemigo al frente, ya lo tenía en su retaguardia dirigiéndose a Isandlwana. Durnford llegaba justo en el momento en el que varios vigías abrían fuego contra Zulúes en las afueras del campamento, que ya estaba bajo alerta. Durnford pensó que Chelmsford estaba librando combate con el grueso del enemigo, lo que hizo que se dirigiera con su columna de caballería a socorrer la posición de su superior. A los pocos kilómetros se vio frente al grueso del ejercito Zulú que avanzaba hacia Isandlwana, recibiendo ya el fuego de la batería de lanza cohetes, que resulto poco eficaz por el avance rápido de los Zulúes, que ganaron la posición fácilmente matando a todos los hombres.
Las lineas de fuego planteadas para la defensa por Pulleine estaban demasiado alejadas del campamento, a unos 800 metros, lo que hizo que la intensidad de los disparos se viera alterada rápidamente por la falta de munición. Los corredores que buscaban las balas para los rifles se vieron también ralentizados por las estrictas normas de reparto de munición por los sargentos de intendencia, esto sumado a la compleja apertura de las cajas, hizo que el ritmo de aprovisionamiento de las cargas no fuera constante y que las lineas no pudieran contener el avance Zulú.
Los cuernos del búfalo Zulú rodearon rápidamente a los británicos, que no pudieron aguantar sus posiciones de frente, retirándose en masa hacia el campamento, algo que resulto todavía más perjudicial para su defensa. Los Zulúes rodearon a los pocos supervivientes que consiguieron reubicarse en cuadro en medio del campamento, acabando con ellos en un combate a muerte. Muy pocos soldados británicos consiguieron salir vivos de la batalla, se contaron 1.300 bajas en sus filas. Mientras que las fuerzas Zulúes formadas por 20.000 hombres, sufrieron unas 1.000 bajas en total.
La batalla de Isandlwana fue la mayor derrota sufrida por los el Imperio Británico de manos de un ejercito nativo. Los cuerpos de los soldados británicos fueron abiertos por el ritual Zulú de la liberación de los espíritus, solamente los niños tambor fueron perdonados.
Síguenos en Facebook
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
No hay comentarios: