Baelo Claudia la pequeña Roma
Baelo Claudia
Una pequeña ensenada abierta hacia el Estrecho de Gibraltar es el marco en el que está asentada la fabulosa ciudad de Baelo Claudia. Nacida a finales del siglo II a.C. fue una de las ciudades referentes en la región, ganando popularidad gracias al comercio y a su industria pesquera.
Los orígenes de Baelo Claudia están ligados a la divinidad fenicia Baál, de la cual proviene su nombre. Los pueblos Turdetanos ocuparon esa región, siendo posiblemente participes de la fundación, o vecinos en los primeros años de su vida.
La situación geográfica de Baelo Claudia es perfecta para una gran urbe. Situada en la ensenada de Bolonia, contaba con grandes zonas llanas para cultivos, colinas para pastos, y la zona costera que le proporcionaba pesca. Su puerto quizá fue su punto fuerte en los años de bonanza, paso obligado de muchas rutas comerciales. Al menos 3 acueductos llevaban el agua desde las sierras cercanas, proporcionando todas las comodidades necesarias para el crecimiento urbano. La piedra utilizada para la construcción era transportada desde canteras muy próximas.
La época de más esplendor de la ciudad posiblemente fue bajo el mandato del emperador Augusto (27 a. C. y 14 d. C.). Con la concesión del Derecho Latino la ciudad ganó un estatus de urbe romana, podemos observarlo en sus construcciones amuralladas, que tenían poco carácter defensivo y mucho más decorativo. La vía de la costa atravesaba el centro de la ciudad, comunicándola por tierra con sus ciudades vecinas de Baesippo y Mellaria.
Como centro religioso y administrativo se construyó el Foro, del que podemos ver todavía numerosas tiendas.
A mediados del siglo I d.C. la ciudad se vio afectada por un fuerte terremoto, coincidiendo con su reconstrucción se produce un nuevo ascenso para la Baelo Claudia, el de municipio de ciudadanos romanos, posiblemente concedido por el emperador Claudio. Se construyen entonces los templos dedicados a la Triada Capitolina, Júpiter, Juno y Minerva, como símbolos del poder de Roma. En la parte posterior se eligió un templo a Isis, divinidad egipcia y popular en la Roma Imperial. El Teatro fue construido en forma semicircular, al otro lado de la ciudad y alejada de la zona de los templos. Cómo vemos todo estaba pensado en Baelo Claudia, incluso unos baños públicos que todavía se pueden apreciar parcialmente escavados.
Aunque no todo era placer, también encontramos una zona industrial dedicada sobretodo a los salazones.
La ciudad mantuvo su esplendor en todo el siglo II d.C. pero en los años finales y en la centuria siguiente comenzó a perder popularidad. Posiblemente un nuevo terremoto abatió la mermada urbe, y la falta de recursos hicieron que fuera inviable la reconstrucción.
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