La matanza de Cholula
En el proceso de conquista de tierras americanas se dieron innumerables casos de matanzas y utilización de las tácticas de terror para combatir la resistencia de los pueblos originarios. En el camino de Hernan Cortés hacia la capital mexica, Tenochtitlan, fueron muchos los que sufrieron bajo la bota del imperialismo castellano.
Los primeros fueron los tlaxcaltecas, que pronto conocieron que la opción de aliarse con los castellanos era la mejor. Los siguientes fueron los moradores de Cholula, ciudad vecina de los tlaxcaltecas, y aliada de los mexicas. Los hombres de Cortés llegaron a la ciudad con cierto reparo, invitados por el propio emperador para una reunión entre ambos líderes, pero sobretodo con miedo a los movimientos de Moctezuma camino de su capital. Cholula era una urbe muy importante en el camino. Centro religioso dedicado a Quetzalcóatl.
En este punto encontramos varias claves para entender la matanza acometida por Cortés. Cholula había llamado a sus protectores mexicas para ayudar en la posible defensa de la ciudad, aunque es algo que no está del todo claro. Sí es cierto que se realizó un movimiento importante de tropas mexicas a la ciudad, pero no está claro si se trataba de un movimiento ofensivo, o simplemente una medida de seguridad frente al avance de unos visitantes "peligrosos". También es importante mencionar que Cortés quería una demostración de fuerza, mucho más que eso, quería un baño de sangre como estrategia de conquista. No podemos olvidar que los ejércitos de la época se comportaban en batalla de una manera muy cruel, buscando siempre debilitar psicológicamente al enemigo. Incluso sabemos que tenía la duda de que sus movimientos pudieran verse perjudicados hacia caminos intransitables para sus caballos. Incluso existen evidencias de que la matanza ya estaba planeada desde Tlaxcala según cuenta el padre Las Casas: «Acordaron los españoles hacer allí una matanza o castigo (como ellos dicen) para poner y sembrar su temor y braveza en todos los rincones de aquellas tierras. Porque siempre fue esta su determinación en todas las tierras que los españoles han entrado, conviene a saber, hacer una cruel y señalada matanza, porque tiemblen dellos».
Los castellanos fueron recibidos con honores en Cholula, pero no sus aliados tlaxcaltecas, que fueron inmediatamente rechazados en la ciudad, e invitados a esperar en las afueras. Después de la entrada a la ciudad, son los tlaxcaltecas los que ven diversas posiciones defensivas, así como trampas para una supuesta emboscada. Cortés, justo después de presenciar el asesinato de la élite religiosa, y a la señal de tiro de arcabuz, ordenó pasar por sangre y fuego a la ciudad.
Las palabras de Andrés de Tapia son aclaratorias, «[Cortés] mandó hazer la señal que los españoles diesen en los que estavan en los patios y moriesen todos y asi se hizo y ellos se defendien lo mejor que podian y trabajavan de ofender pero como estavan en los patios çercados y tomadas las puertas todavia morieron los mas dellos y hecho esto los españoles e indios que con nosotros estavan salimos en nuestras esquadras por muchas partes de la çibdad matando gente de guerra y quemando las casas.» Los aliados tlaxcaltecas entraron en Cholula robando y demoliendo todo lo que quisieron, mientras que algunos sacerdotes, refugiados en la torre del ídolo mayor de la ciudad, fueron quemados vivos al destruirla. Cortés se dio de plazo dos días para arrasar la urbe, cuidando, dice Tapia, que «se guardasen de no matar mugeres ni nyños».
Cortés dejó muy claro el precio de una traición. López de Gómara fijó en seis mil los muertos, en un combate que duró cinco horas. «Echaron fuera toda la vecindad; quedaron tintos en sangre. No pisaban sino cuerpos muertos». Cholula fue saqueada por cristianos y aliados tlaxcaltecas y cempoaltecas. Según el propio Cortés «dímosles tal mano, que en dos horas murieron mas de tres mil hombres».
Sangre y fuego era la norma, todavía más cuando el rival era infiel. El teatro de operaciones de América está lleno de matanzas indiscriminadas, y Cholula puede ser una de las primeras en territorio continental.
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