Cañón aleman París en la Primera Guerra Mundial



Pariser Kanonen, Cañón alemán París en la Primera Guerra Mundial


Cuando en el frente occidental se encontraba totalmente empantanado en una guerra estática, la artillería ganó protagonismo en la Primera Guerra Mundial. Grandes batallas como la de Somme, emplearon a la artillería como punta de lanza, aunque en esta resultó inútil.


El ejército alemán utilizó sin duda las piezas de artillería más grandes de toda la guerra. El Gran Berta fue uno de los más efectivos y utilizados en toda la contienda, pero sin duda el más extraño, y el que más daño psicológico provoco en las mentes de los franceses, fue el cañón París.

El cañón París fue diseñado para atacar posiciones enemigas a una gran distancia, superando la capacidad de disparo los 130 kilómetros. La movilidad del París estaba supeditada al desplazamiento por vías férreas, lo que limitaba en mucho su capacidad ofensiva. Capacidad ofensiva que se veía mermada, no solamente por la poca movilidad, sino por otras muchas razones.





Movilidad.


La necesaria utilización de vías férreas para el desplazamiento no fue un problema a la hora de trasladar al París a sus posiciones ofensivas, pero si resultó un gran inconveniente a la hora de su efectividad de disparo. Su enorme peso, unas 256 toneladas, y sus dimensiones, 36 metros de tamaño, hacían muy difícil su movilidad en las distancias cortas para poder calibrar y disparar.






Alcance


El punto fuerte del Parisier era el alcance, que rondaba los 130 km, algo casi increíble para la época. Los proyectiles pesaban 103 kilos, necesitaban 145 kilos de pólvora para efectuar el disparo, El cañón tenía una carencia de disparo demasiado larga, lo que hacía que fuese muy poco eficaz, y que solamente se utilizase para sembrar el pánico en distancias muy lejanas y sin fijar un blanco fijo.

El numero de disparos en toda la guerra superó en poco los 300, causando 256 muertes y algo más de 600 heridos. Estos números indican bajas civiles, algo que sitúa al cañón como arma del terror, y mucho menos de guerra efectiva.

El cañón más impresionante de la historia militar fue poco más que un gran símbolo sin utilidad practica en el frente de guerra.


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